¡VALOREMOS LO QUE TENEMOS¡

Es  muy común ver en nuestra Institución Educativa luego de repartir el refrigerio una deplorable imagen, los alimentos” tirados en el suelo” o los estudiantes jugando con ellos.

Alguno de los estudiantes que cometen esos actos indebidos se habrá preguntado  ¿Cuántas personas en el mundo no tienen  la forma de comer por lo menos una vez al día?, creo que no, por eso es importante que se den cuenta que según estudios cada día mueren en el mundo 40.000 personas por hambre  y para ser más preciso según cifras entregadas por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas el hambre mata más personas al año en el mundo que el sida. Y sin ser extremista, cada 6 segundos muere un niño” por no tener nada que echarse a la boca” Además, “aproximadamente 925 millones de personas en el mundo no comen lo suficiente para vivir saludables. Esto significa que una de cada siete personas en la tierra se acuesta a dormir todas las noches con hambre”. (Fuente: Comunicado de Prensa - FAO, 2012).

Ahora bien, es momento ya de que VALOREMOS LO QUE TENEMOS,  es necesario  tomar conciencia de que estamos actuando mal, porque desde nuestra ignorancia somos  muy dados a juzgar: “ Ese refrigerio tan maluco “ “Qué asco”, “ Los gobernantes no hacen nada por la educación”, pero  cuántos de ustedes están enterados de que la Alcaldía de Medellín y la Secretaría de Bienestar Social han invertido 3.528 millones de pesos en el Plan de Educación en Alimentación y Nutrición en las escuelas y colegios de nuestra ciudad, y además buscan desarrollar estrategias formativas, sociales y comunicacionales que fortalezcan  los programas de asistencia alimentaria y la formación de prácticas y hábitos alimenticios, pero eso no nos interesa, cierto?

Jóvenes, no es justo que le den un uso indebido a los alimentos, como por ejemplo, el  arrojársela  a otro compañero o compañera, generando que al final  ésta pare en el bote de la basura. Claro que estoy casi seguro que la cadena de irresponsabilidad  frente a la comida empieza en casa, cuando se enseñ

a a los niños a servir solo lo que realmente se van a comer; a no comprar más de lo que van a consumir y a servir en cada plato lo que cada estómago puede recibir. Podrá resumirse entonces en una sola frase la ineptitud de algunos y algunas: “LO QUE NADA NOS CUESTA VOLVAMOSLO FIESTA”, será que en nuestros hogares no hacemos esto porque sabemos que nos puede generar un castigo,  o será más bien ignorancia de algunos estudiantes que no alcanzan a vislumbrar las consecuencias de sus actos. 

ANDRÉS JARAMILLO PELÁEZ

DOCENTE DE LENGUA CASTELLANA